Tratamiento Eliminación de Tatuajes
Medicina Corporal
Medicina Corporal
Tatuarse la piel es una práctica extendida en muchas culturas, también en la nuestra. A pesar de que la mayoría de personas muestran con orgullo sus diseños, también se dan casos de arrepentimiento por esa inscripción o ilustración que puede ser una limitación para acceder a determinados puestos de trabajo, o que se decidió en un momento personal que puede haber cambiado (modificación de gustos personales e incluso rupturas sentimentales que dejan sin sentido algunos tatuajes).
Para estos casos ya no es una condena la supuesta eternidad del tatuaje, puesto que existe una técnica que consigue desdibujar y eliminar la tinta inyectada en la piel, de manera sencilla y eficaz: la aplicación de la luz láser.
El tratamiento láser permite destruir el pigmento sin causar daño en la piel, ya que la irradiación de la luz es de nanosegundos, con lo que solamente actúa sobre la tinta y no sobre el tejido circundante, evitando así cicatrices ni marcas de ningún tipo.
Al igual que para la creación de un tatuaje son necesarias varias sesiones, también se requieren diversas sesiones para eliminarlo. Por ello, no hay que tener prisa y hay que dejar que la piel se recupere bien y confiar en que, tras cada sesión, el tatuaje se irá aclarando. Mayoritariamente, se necesita una media de 6-8 sesiones de unos 15 minutos de duración, espaciadas por un mínimo de 6 semanas.
La luz láser puede borrar prácticamente cualquier tatuaje. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el tono de la piel, la coloración y el tamaño del propio tatuaje, pueden condicionar la efectividad del tratamiento. En este sentido, podemos apuntar que los colores azules, naranjas, rojos y negros tienen una fácil eliminación, mientras que las tonalidades verdes, lilas, marrones y amarillas suponen una dificultad añadida. Por otro lado, cuanto más claro sea el tono de la piel, el resultado será más exitoso.